cualquier fotógrafo os dirá siempre que la tormenta y el tiempo cambiante (lluvia fuerte, nubes negras, sol a ratos) es muchísimo más interesante que un día soleado
especialmente cuando el sol está bajo, al atardecer, justo tras pasar una tormenta que haya descargado agua: la atmósfera está limpia, la luz solar llega ya coloreada e ilumina la cortina negra de nubes… ¡me encanta!
y eso si hablamos de paisajes, porque si quieres hacer fotos de personas, reza para que no haga sol… nada peor que la horrible mueca que ponemos cuando intentamos abrir los ojos para la foto; si te vas a casar, no pidas sol, lo mejor es un día nublado: menos contraste, caras suaves, sin sombras duras y sin muecas de forzar los músculos de la cara
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